viernes, 10 de marzo de 2017

JUZGAR


Nunca te sientas justo ni pretendas estar en lo cierto, no te aferres a esta idea. Y no pienses que los demás están equivocados, porque las dos cosas van juntas, si sientes que estás en lo cierto siempre estarás descalificando a los demás y pensando que la otra persona está equivocada. No desca­lifiques a nadie ni te alabes a ti mismo; de lo contrario, te equi­vocarás. Acepta a la gente como es. Eso es lo que son y ¿quién eres tú para decir si está bien o mal? Si están equivocados sufren y si están en lo cierto son dichosos. 

Pero ¿quién eres tú para cri­ticarlos?

Tu crítica aumenta tu ego. Por eso la gente habla tanto de lo que los demás hacen mal, porque les produce la sensación de es­tar haciendo las cosas bien. Si alguien es un asesino eso les hace sentirse bien: «Yo no soy un asesino; por !o menos no soy un ase­sino».

Si alguien es un ladrón ellos se sienten bien: «Yo no soy un la­drón». Y así sucesivamente, mientras tanto, su ego se va fortale­ciendo. La gente habla de los pecados de los demás, de los delitos de los demás y de todo lo malo de la vida de los demás. La gente no hace más que hablar de eso. Lo exageran y lo disfrutan... así sienten que «yo soy bueno». Pero esta sensación pronto se con­vertirá en una barrera.

Sé compasivo, sé inteligente y amoroso. Mira a los demás sin juzgarlos. Y nunca empieces a sentirte una persona recta, ni em­pieces a sentir una especie de santidad. No te conviertas en «Su santidad». Nunca.

Mantente común; no seas nadie. Y en ese no ser nadie llega el último huésped... en ese no ser nadie tú te conviertes en el an­fitrión.

Osho


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