jueves, 9 de marzo de 2017

Carta a mi ego...


Querido ego,

Ya llegó el momento. Llevo años reflexionando acerca de qué eres, de donde surgiste y cuál es tu misión. Ya me siento preparado para transmitirte algo importante para nosotros. He comprendido ya, la importancia de que me acompañes en este viaje que es la vida.

Ahora sé que nací siendo pureza, que iniciamos nuestro camino en este mundo y comenzamos a interactuar con el entorno que nos acompañaba. Qué entorno tan extraño, ¿verdad? Me ayudaste tanto a saber cómo actuar en él, no fue fácil tampoco para ti, lo sé.

Cuando creaste protecciones ante aquello que temía, te dejé hacer; lo necesitábamos. Éramos conscientes de ello. Así fueron sucediendo los años, íbamos sobreviviendo, confiaba en ti, podía hacerlo, me lo demostrabas. Pero poco a poco, fuimos olvidándonos de nuestra esencia, perdimos la capacidad de reconocerla.

Ahora que han pasado los años, que hemos vivido tanto tiempo siendo uno y vivido tantos momentos de alegría, de tristeza, de rabia, de miedo…, te digo algo; descansa, me he dado cuenta de que ya no hay por lo que temer.

Ahora sé que soy más poderoso de lo que creía. Que yo soy quien crea mi camino. Y que aquella protección que creaste para afrontar mis antiguos temores, hoy oprime y limita mi caminar. Igual que una crisálida oprime cuando llega el momento de su apertura.

Gracias por tu eficacia y tu protección, ego. Ahora me siento preparado para guiar mi camino conscientemente.

Sabes que últimamente hemos tenido algunos malentendidos, poner etiquetas nos está limitando vivir la vida en todo su esplendor. Habitamos en un lugar maravilloso, dónde podemos jugar y aprender experimentando. Quiero soltar prejuicios innecesarios, dejar de controlar las cosas sin cesar y no tener que sentirme atado a los pensamientos limitantes. Eso nos agota!

No pienso que seas mi enemigo, ego. Los dos formamos parte de lo mismo. Y lo que nos hace bien, es para ambos. La forma de percibir la realidad que hasta ahora hemos tenido, nació del desconocimiento, nacimos sin manual de instrucciones.

¿Sabes? Te perdono. Me perdono. Todo esto nos ha servido para aprender. ¡Es motivo de alegría!
Decido ser libre. No pido que te vayas, pues no puedo vivir sin ti. Sólo deseo comunicarte desde el amor que te tengo, que ésta, es una carta de despedida a tu antigua versión, para darle la bienvenida a una nueva más adecuada a mi ausencia de temor y a mis ganas de nuevas y mejores vivencias. Un nuevo ego optimista, relajado, confiado y abierto a las nuevas experiencias.
Siento que ya no hay vuelta atrás. ¡Seamos felices, nos lo merecemos!

Siempre unidos.
¡Gracias, ego!

Hernán Lahera

3 comentarios:

  1. Donde estas Hernan Lahera, nave omega humana. Sabes cuanto te añoramos? El vacío que dejaste en nuestras cuentas? Cuanto te necesitamos? Contacta conmigo ñor favor, soy Montse Mendez, de las Vegas un abrazo donde estés. Tk

    ResponderEliminar
  2. Después de tantas patadas en el Cañete k le hemos deseado al ego... No podemos pretender k se vaya, esta con nosotros... Grande hermanito, como te va Nave corazon? Abrazotes besos a todos 😘😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. K le hemos dado al ego En el culete, el predictivo .. 😉❤

      Eliminar