viernes, 10 de marzo de 2017

... a costa de tu Alma.


Un rebelde es alguien que no vive como un robot condicionado por el pasado. 

Él vive individualmente, no como un engrane en el sistema, sino como una unidad orgánica. Nadie más decide en su vida, sólo su propia inteligencia. La fragancia de su vida es la de la libertad – no sólo vive en libertad sino que además, permite que todos los demás vivan en libertad. Él no permite que nadie interfiera en su vida y tampoco interfiere en la vida de nadie más. Para él la vida es tan sagrada- y la libertad es un valor tan importante- que es capaz de sacrificar todo por ella: la respetabilidad, el estatus, hasta la vida misma. 

Todas las religiones son primitivas, burdas- y le han estado dando forma a tu vida. Naturalmente, el mundo entero está lleno de misera: no tienes permiso de ser tú mismo. Toda cultura quiere que seas una copia al carbón, que nunca muestres tu rostro original. El rebelde es aquel que vive de acuerdo a su propia luz, se mueve de acuerdo a su propia inteligencia. Él crea su propio camino al andar, él no sigue a la multitud en la autopista. 

Un rebelde es un proceso continuo de rebeldía; no es estático. Y ahí es donde hago una distinción entre un revolucionario y un rebelde.

Un revolucionario también está condicionado por el pasado. Puede no estar condicionado por Karl Marx o Mao Tze Tung o José Stalin o Adolfo Hitler o Benito Musolini… no importa quien lo condiciona. El revolucionario tiene su propia santa Biblia- el Das Kapital; su tierra sagrada- la Unión Soviética; su propia Meca- en el Kremlin… y justo como cualquier otra persona religiosa, no vive de acuerdo a su propia conciencia. Vive de acuerdo a una conciencia creada por otros. Por lo tanto un revolucionario no es nada más que un reaccionario. Puede ser que esté en contra de cierta sociedad, pero siempre está en pro de otra sociedad. Puede estar en contra de una cultura pero de inmediato está listo para adoptar otra cultura. Simplemente continúa cambiando de una prisión a otra del cristianismo al comunismo; de una religión a otra- del hinduismo al cristianismo. Cambia de prisiones. 

El rebelde simplemente se sale del pasado y no permite que éste lo domine. Es un proceso constante y continuo. Toda la vida del rebelde es un fuego que arde. Hasta el último aliento está fresco, está joven. Él no responderá a ninguna situación de acuerdo a sus experiencias pasadas; él responderá a cada situación de acuerdo a su conciencia presente. 

Osho

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