lunes, 5 de marzo de 2018

4 las etapas esenciales en el desarrollo de la personalidad...


1. Hércules o el Atleta

En esta etapa estamos principalmente preocupados por nuestra apariencia, por la forma en que nuestro cuerpo se ve. Durante esta etapa podríamos permanecer horas mirándonos y admirando nuestro reflejo en el espejo. En esta etapa nuestro cuerpo y aspecto son la cosa más importante para nosotros, nada más.

2. Apolo o el Guerrero

Durante esta etapa nuestra principal preocupación es salir y conquistar el mundo, hacerlo lo mejor posible, ser el mejor y conseguir lo mejor, para hacer lo que hacen los guerreros y actuar como los guerreros actúan. Esta es una etapa en la que pensamos continuamente maneras de conseguir más de todos los demás, una etapa de comparación, de derrotar a los que nos rodean para poder sentirnos mejor porque hemos logrado más, porque somos los guerreros, los valientes.

3. Sacerdote o la Declaración

En esta etapa te das cuenta de que lo que has logrado hasta ahora no es suficiente para que puedas sentirte realizado y feliz, ahora estás buscando maneras de hacer una diferencia en el mundo, maneras de servir a los que están a tu alrededor. En esta etapa estás preocupado por la manera de empezar a dar. El dinero, el poder, las posesiones, etc., seguirán apareciendo en tu vida pero ya no les otorgarás el mismo valor que antes, ya no estarás apegado a esas cosas porque te encontrarás en otra etapa de tu vida, donde se sabe que hay más en la vida que lo material. Estarás buscando maneras de dejar de pensar sólo en ti mismo, maneras de recibir y empezar a centrarse en vivir una vida de servicio. Todo lo que quieres hacer en esta etapa es dar. Ya sabes que dar es recibir y es hora de que dejes de ser egoísta, egocéntrico y ególatra y pienses en maneras de ayudar a los necesitados, para dejar este mundo mejor de lo que era cuando llegaste.

4. Hermes o el escenario del Espíritu

Según Jung, esta será la última etapa del “animus”, una etapa en la que nos damos cuenta de que ninguna de estas etapas son realmente quién o qué somos. Nos damos cuenta de que somos más que nuestro cuerpo, somos más que nuestras posesiones, más que nuestros amigos, nuestro país y así sucesivamente. Llegamos a la conclusión de que somos seres divinos, seres espirituales teniendo una experiencia humana y no seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Ahora somos capaces de observarnos a nosotros mismos desde una perspectiva diferente. Ahora somos capaces de salir de nuestra propia mente, fuera de nuestro propio cuerpo y entender lo que realmente somos, para ver las cosas como son. Nos convertimos en el observadores de nuestras vidas.

Carl Jung

Tomado de: PijamaSurf



¿ Que aprender de los perezosos ?


A primera vista el estilo de vida de los perezosos es la antítesis misma de todo lo que se valora. La vida moderna es rauda y centrada en encontrar nuevas maneras de incluir más actividades en cada segundo de la existencia. La pereza es uno de los pecados capitales y estar ocupado es una honra. Pero ¿cuál es la mejor estrategia?

Rory Wilson, profesor de Zoología en la Universidad de Swansea, Inglaterra. "La energía es muy importante para los animales. Si la quieres conservar, cuanto más lentamente te muevas, mejor".
En ese sentido, no hay duda que el animal más eficiente es el perezoso: oficialmente son los mamíferos más lentos del planeta; constituyen un tercio de la biomasa de mamíferos en las selvas tropicales y han estado presentes en ellas unos 64 millones de años, sobreviviendo a animales mucho más llamativos como los tigres de dientes de sable.

Georges Buffon - un precursor de Charles Darwin - anunció en su épica enciclopedia que “Los perezosos son la forma más baja de existencia", y se burló diciendo: "un defecto más habría hecho sus vidas imposibles".

Pero la evidencia acalla las burlas. Lo que parecieron defectos resultaron ser ventajas. La capacidad de adaptación al entorno de los perezosos es admirable. 

Además, son longevos: las criaturas que viven a ritmo lento, viven más tiempo. Por ejemplo, las tortugas, otro estándar de oro de lentitud, que tienen una expectativa de vida de entre 150 a 200 años.
Un estudio realizado por el psicólogo Robert Levine, principio de la década de 1990, comparado con uno replicado 10 años después, dio como resultado que aceleramos nuestras vidas en un 10%, principalmente con lo que se conoce como “personalidad tipo A” (personas impacientes, muy competitivas, ambiciosas, agresivas en los negocios, a las que les cuesta mucho relajarse. Los individuos con este tipo de personalidad a menudo están estresados y de mal humor).

Carl Honoré, experto y autor de "Elogio de la lentitud", recomienda: "Dale espacio a un ritual lento en tu día —como yoga, o tejer, leer o pintar—. Encuentra algo que puedas incrustar en tu rutina que te inocule contra el virus de la prisa".

Así que, después de tanto apuro por ir más rápido, la genialidad de la actitud relajada de los perezosos, podría ser el reconocimiento de una estrategia evolutiva suprema.

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