lunes, 13 de agosto de 2018

Comprende esto y sé libre.


Hay un asunto importante que atender, tú “no-yo”. Porque tú no eres, porque cuando eres, sufres.

El más grande sufrimiento no viene de las diferentes situaciones de la vida, viene de los pensamientos acerca de las situaciones. Todos tus problemas surgen de la incapacidad que has adquirido para verte liberado de la apariencia de tu persona.

Tú eres = sufrir. Tú no eres = Libertad. Esta es la fantástica ecuación.

¿Dónde surge tu persona? En cada pensamiento, que a su vez se refleja en lo que sientes.

¿Estás en el pensar, en el sentir, en el mirar, en el hacer? Todo eso es impermanente, y todo lo impermanente viene, te atraviesa y se marcha, pero no eres tú.

Si te han dicho que trabajes en tu persona, te han vendido algún curso espiritual, o te alientan a realizar algún camino, yo te digo que solo has de dejar de trabajar con las emociones y con los pensamientos.

No pierdas ni un solo Segundo de tu vida en lo que surge, ve directo a la fuente, al amor de tu Ser. Y comprende que no eres lo que surge. Con esto es suficiente…

Solo comprende quién eres tú, y al hacerlo cesará la persona. Iluminación significa saber quién eres sin ningún tipo de duda. No significa que te ganes el cielo perdonando, o amando. Solo has de saber quién eres.

¿Quién eres? Lo que surge en el pensamiento, lo que sientes y lo que viene, no eres. La certeza de saber quién no eres es la Libertad.

¿Eres lo que piensas? No.

¿Eres el perdón? No

¿Eres la aceptación? No.

Todos tus problemas aparecen solo porque crees que eres (algo), pero… y si no fueras nada, nada de manera literal. Si no fueras nada, no habría problema.

Todos tus intentos para sujetar, sanar, y liberar a tu vida son un impedimento, todos los intentos por volverte puro son el engaño. Te digo de nuevo: solo permanece contemplando desde ese lugar interior de tu Ser inmaculado, libre del surgir, ahí es donde los problemas cesan, donde la liberación surge sin esfuerzo.

Que belleza ver en el surgir como los problemas se disuelven en la inmensidad de la mirada lúcida y resplandeciente de tu verdad. Simplemente porque lo que surge es una falsedad. Lo que viene a tu vida, lo que aparece en la consciencia, lo que es registrado en la mente, es simplemente la ilusión de tiempo, es la ilusión de aquel que lo vive. ¿Para que esforzarse? No lo hagas, lo divino no te va a puntuar.

Pregúntate esto y verás la verdad:

¿Eres aquel que lo vive? No… Es muy fácil, a través de esta gran negación podrás descubrir quién eres.

¿Eres aquel que necesita sanar sus pensamientos? No. ¿Quién lo necesitaría? Es un engaño…

¿Eres aquel que a través del perdón llegaría a la iluminación? No… “llegaría” es tiempo.

Siento incomodarte, pero la iluminación es la muerte de la intención, muere el yo que intentaría ser otra cosa y con ello se revela lo que es puro sin intencionalidad.

¿Necesita el Ser perdonar, sanar, liberar emociones? No.

Comprende esto y serás libre sin esfuerzo, sin realizar un solo curso espiritual, sin ningún tipo de sudor espiritual o desgaste físico espiritual.

Reconócete ahora como la liberación misma, deja lo que surge para los ignorantes de la espiritualidad, es para ellos todo el trabajo…

Deja de trabajar para la ignorancia pues ella es muy desagradecida y por mucho que te esfuerces no te recompensará. Solo permanece en tu Ser, eso es todo.

Sergio Noguerón

viernes, 6 de julio de 2018

El Maestro Elefante


Desde aquel tristísimo día en el cual su Maestro, el Sabio Shivam, le hiciera esa confesión tan demente, el joven Goli, se hizo la firme determinación de renunciar a Shivam.

Shivam le había dicho: “Así como tú me llamas ‘Maestro’, porque bebes de mis labios las enseñanzas de los Libros Sagrados, así también, el alma mía ha necesitado de alguien que le enseñe. He escogido para Maestro mío al elefante Ekadantam”.

Goli pareció petrificarse. No se atrevió a hablar, ni siquiera a moverse. Él había hecho un viaje de más de cuatro mil kilómetros para acercarse a Shivam; ¡cuyo Maestro era un elefante!

“Lo que me acaba de confesar – murmuró– o es una locura, o bien estoy soñando”.

Media hora más tarde, y ya en su choza, sentado en su lecho, tomándose la cabeza con ambas manos, se decía: “Si preparo mis humildes pertenencias y me alejo, renunciando a Shivam, no podré entender jamás el significado de sus palabras. Por otra parte, si permanezco aquí, ¿cómo ocultar el disgusto que me produce minuto tras minuto semejante confesión?

Sin embargo –se dijo– todas las espadas de estos razonamientos no logran hacer la más pequeña melladura en los sentimientos de amor que me unen a mi Maestro. Es cierto que me perturban, pero nada pueden con mi afecto por él”.

Así pues, en un mar de ideas encontradas, y sin saber qué hacer, Goli, pasó la noche en el Ashram cavilando. Al filo de las cuatro de la mañana había llegado a una resolución: “Esperaré”, se dijo. “En casos así, el acogerse en la morada de la paciencia, es sabiduría”. Se deslizó de su lecho, dispuesto a seguir los pasos de su Maestro dentro del Ashram desde cerca.

Así pudo ver como éste, a su vez, seguía los pasos del elefante Ekadantam y lo veía ingresar a un pantano y sumergir su cuello en él, cuello del cual pendían unas campanas de bronce puestas por su cuidador a modo de alarma para que se lo escuchara cuando Ekadantam quisiera ingresar al cercano huerto de manzanas y apropiarse de ellas. El elefante, inteligentemente, apagaba el sonido de las campanas de su cuello sumergiéndolas en el lodo.

Grande fue la sorpresa de Goli cuando escuchó a su Maestro decir junto a él: “Hijo mío, el día que nosotros, los hombres, aprendamos a silenciar la campana de nuestros deseos para conquistar el regio fruto del árbol de la sabiduría, el día que esto hagamos, nos convertiremos en hombres liberados.

Estas visitas de Ekadantam, primero al pantano, y luego al huerto de manzanas, él las lleva realizando por muchísimos años. Pacientemente contemplo su ingenio una y otra vez, anheloso de despertar algún día, al sagrado silencio de los instintos y el ego. Aún no lo he logrado, aunque creo humildemente que cada día estoy más cerca de conseguirlo. ...

Y el joven Goli, con lágrimas de contentamiento, bañó los sagrados pies de su Maestro, agradeciendo su muestra de Divina Humildad. El Camino a Dios se abre en cada punto del Universo. Sólo los Caminantes aprenden a reconocerlo, sólo ellos están siempre dispuestos a dejar sobre los mismos, sus benditos pasos.

domingo, 3 de junio de 2018


Julio casi todos los días hace el mismo recorrido de su casa al trabajo.

En el transcurso del día, siempre ve a más de mil personas, entre el metro, calle, trabajo, plazas, tiendas y todo su entorno.

De esas personas, 140 concuerdan con su carácter y podrían ser buenos amigos. 83 tienen los contactos necesarios con los que podría hacer buenos negocios. 36 son algunos de esos contactos, pero entre todas las personas que ve todos los días, solo una de ellas es su pareja ideal.

Ideal por cuestión de que es la persona que más se asemeja a lo que él necesita, y él a lo que ella valora. Como era de esperarse comparten gustos y pasatiempos, música, películas, libros etc.

Pero en otro tipo de gustos son totalmente opuestos y gracias a esto hacen que se complementen, como por ejemplo; A el no le gusta trapear, pero sí lavar los platos, a ella no le gusta lavar los platos, pero sí trapear, a él no le gusta encargarse de las finanzas pero ella se dedica a eso y es muy buena.
Julio era maestro de Astronomía y le apasiona hablar de eso. Mientras que ella no sabe que es un tema tan interesante, hasta que él se lo platique.

A ella le gusta platicar de detalles insignificantes que a la mayoría le aburren. A Julio le gusta la forma en que ella explica y hasta cada uno de sus ademanes.

A ella le gusta preparar una extraña comida de Varsovia que a casi nadie se le antoja... A Julio le gusta comer de todo.

Julio cree que no le gustan los animales, pero lo que no le gusta es el desorden, la suciedad y los olores. A ella le gustan los peces excéntricos y Julio los terminaría amando. Se daría cuenta del meticuloso ritual para limpiar la pecera.

El hecho de sacar los objetos, limpiar, cambiar el filtro, acomodar y re acomodar los objetos decorativos, es algo que él no sabía que le gustara tanto, pues lo que odia de los demás animales es no tener el control. En la pecera, él controlaría el orden.

A ella le gusta salir con sus amigas de ves en cuando sin que su novio la siga a todos lados. Él prefiere quedarse en casa y disfrutar su soledad.

A los dos les gusta la misma temperatura en la regadera, por lo que podrían compartirla sin ningún problema.

Pueden platicar y filosofar por horas sin aburrirse, podrían incluso disfrutar de estar callados, simplemente acompañándose. Entre muchos detalles más, que son simples pero a la vez importantes para ellos.

No solo comparten sus principios, metas y filosofías, sino que se complementan.

El 12 de abril, Julio regresa de su trabajo, se había quedado platicando 20 minutos más con un compañero. El metro se retrasó un poco y estos pequeños movimientos en su agenda, hicieron que Julio lograra coincidir en el mismo día en la misma estación y en el mismo momento con ella.

Cuando él se bajó del metro, ella estaba entrando a la estación y se detuvo en una maquina de refrescos.

En ese momento cuando Julio caminaba por el pasillo para salir, podría haber decidido ir por la otra salida. Si tan solo hubiera girado 17 pasos a la derecha y después 6 a la izquierda, hubiera encontrado a ella en la maquina de refrescos intentando sacar una agua que se había atorado, él la hubiera ayudado y se hubieran conocido.

Pero no fue así, él se siguió derecho y tomó la primer salida de la estación.

Esa vez él estuvo a 23 pasos de distancia de la mujer de su vida, a solo dos pasillos, estuvieron en el mismo momento donde las casualidades se habían dado, pero no lo suficiente.

Axel Rochelle Arnaud

domingo, 6 de mayo de 2018

¿Qué es la imaginación y cómo podemos desarrollarla?


La ciencia está descubriendo que la imaginación juega un papel fundamental en la percepción que tenemos de la realidad y en la elaboración de los recuerdos, los sueños y los pensamientos. 

Numerosos filósofos han visto en la imaginación una dimensión clave de la actividad mental; en cambio, la psicología desdeñó durante mucho tiempo el papel de la imaginación, considerándola como una facultad marginal, que nada tendría que ver con otras más elevadas, como la percepción o el conocimiento. 

Sin embargo, la ciencia contemporánea está descubriendo que la imaginación es una función cognitiva fundamental, que desempeña un papel clave en todas las formas de vida mental, desde la percepción a los recuerdos, sueños y pensamientos. 

La mayoría de las ideas, por más abstractas que parezcan, nacen como imágenes. De hecho, etimológicamente, la palabra griega idea significa “visión”. En este sentido, idear es imaginar. 

En cualquier caso, sin imaginación no habría lenguaje. Aprendemos a leer gracias a la imaginación, que convierte marcas de tinta sobre un papel en evocaciones de cosas ausentes. 

La imaginación es un ingrediente esencial del pensamiento y de la inteligencia. Las máquinas pueden calcular prodigiosamente, pero no tienen verdadera inteligencia, entre otras cosas porque carecen de imaginación. 

No hay “inteligencia artificial”: la verdadera inteligencia es natural –y cordial: arraigada en el corazón–. Sin imaginación no habría creatividad: todo sería predecible y aburrido. La imaginación es vida. 

La empatía, la capacidad de conectar con lo que siente otra persona, sería imposible sin la capacidad de imaginarnos viviendo la experiencia ajena. Cuando siento empatía, una parte de mí deja de estar aquí y, a través de la imaginación, viaja hacia ti. 

La imaginación, estrechamente relacionada con los recuerdos, las fantasías, los sueños y la percepción, pertenece al núcleo de la mente y de la conciencia. Hoy sabemos que la imaginación moviliza las mismas capacidades neuronales que la visión precisa y la cognición, y que no se localiza en un área específica del cerebro. 

Cuando imaginas un rascacielos, tus ojos tienden a moverse arriba y abajo, como si estuvieras abarcando toda su altura, mientras que si imaginas el paso de un vehículo, tus ojos se moverán horizontalmente. Algo semejante se aplica al movimiento corporal. 

Neurológica y fisiológicamente imaginar una acción es semejante a realizarla. 

No todo acto imaginativo es creador en el sentido profundo, pero toda creatividad necesita de la imaginación. 

Antes de la época moderna, no existía una separación rígida entre la verdad literal y la realidad de la imaginación. ¿Hamlet y don Quijote no son reales? ¿No han influido en muchas personas a través de los siglos? 

Patrick Harpur, estudioso contemporáneo de la imaginación, argumenta que “las personas y los acontecimientos que imaginamos son de hecho reales” –lo que ocurre es que su realidad no es histórica y literal, sino mítica e imaginal. 

Muchas de las estructuras caducas que nos rodean están en decadencia precisamente por su falta de imaginación. El poder de la imaginación es hoy esencial para renovar la educación, la política y la vida cotidiana.

Leer artículo completo en:

miércoles, 2 de mayo de 2018

10 MINUTICOS DE SU TIEMPO, A CAMBIO DE UNA "JOYITA"...


Sugerencia: 10 MINUTICOS DE SU TIEMPO, A CAMBIO DE UNA "JOYITA"... 
¿les parece interesante?... ¡pues a leer!


¿TENEMOS MIEDO DE LA COMPASIÓN?

Si la compasión es tan buena para nosotros, y si además es parte de nuestra disposición natural, ¿cómo es que no le damos prominencia en nuestra vida? curiosamente, resulta, que también causamos mucha resistencia, incluso miedo, cuando se trata de la compasión.

Hoy en día, cada vez más estudios científicos nos dicen que la compasión es clave para muchos aspectos de nuestro bienestar: relaciones saludables, capacidad de recuperación, enfrentar el estrés, incluso la salud física y la longevidad. Las personas compasivas pueden beneficiarse más de la bondad de los demás, pueden mantener su optimismo incluso en medio de la adversidad y no sufren de una soledad aguda. Los estudios en niños pequeños y estudiantes universitarios muestran cómo las personas experimentan una mayor felicidad cuando se les da la oportunidad de comprar cosas para los demás, en lugar de pedirles que gasten el dinero en ellos mismos. Algunos describen la compasión como "el secreto mejor guardado de la felicidad". Afortunadamente, los estudios también revelan que la compasión y la empatía son parte de nuestra constitución básica como seres humanos. Solo necesitamos nutrirlos y permitir sus expresiones en nuestra vida.

Ahora, los humanos hemos reconocido la importancia de la compasión durante mucho tiempo. De hecho, todas las religiones principales exaltan su virtud y posiblemente la compasión está en la raíz de las enseñanzas de todas las religiones cuando se trata de vivir una buena vida. Lo nuevo es la apreciación del rol de la compasión en nuestra propia felicidad personal, y como podemos relacionarnos con la compasión no como un mandato moral sino como una base importante de nuestro propio bienestar.

Si la compasión es tan buena para nosotros, y además, si es parte de nuestra disposición natural, ¿cómo es que no le damos prominencia en nuestra vida? Resulta, curiosamente, que también nos resistimos mucho a la compasión, incluso le tenemos miedo. Tememos que si somos muy amables y compasivos, otros se aprovecharán de nosotros. Tememos que, si somos muy amables, digamos con un familiar o a un amigo, por ejemplo, él o ella puedan volverse demasiado dependientes de nosotros. Entonces, con el pretexto del "amor duro", a menudo nos cerramos a un ser querido para no tener que sentir el dolor. Tememos que otros puedan pensar que somos demasiado blandos y débiles. Tememos que podamos llegar a sentirnos abrumados si nos permitimos sentir compasión por el problema de otra persona. Cuando vemos la bondad de los demás, sospechamos que puede haber una agenda oculta. Tememos abrirnos a la bondad de los demás porque tememos que podamos llegar a volvernos demasiado vulnerables. Tenemos una resistencia similar cuando se trata de la autocompasión también. Tememos que si nos permitimos ser autos compasivos, podríamos volvernos débiles o perdedores. Además de estas resistencias, también podría haber resistencias culturalmente adquiridas a la compasión también. Por ejemplo, debido a la tendencia a explicar el comportamiento humano principalmente en términos de interés propio, muchos luchan con la idea de compasión genuina. Como sociedad, también nos preocupa que enfatizar la compasión pueda socavar la justicia, ya que podría significar dejar libres a los delincuentes.

Todos estos temores resultan, uno u otro, de entender mal lo que es la compasión y cómo se relaciona con la justicia y nuestra responsabilidad hacia nosotros mismos y los demás. El hecho sigue siendo, sin embargo, dar a la compasión un lugar importante en nuestra vida cotidiana, en nuestra autodefinición de quiénes somos como personas, y en relación con nosotros mismos y los demás y el mundo que nos rodea. En definitiva, redunda en nuestro propio interés. Más compasión conduce a una mayor felicidad y una relación más significativa con los demás, especialmente con nuestros seres queridos. También trae un mayor sentido de propósito a nuestra vida.

Thupten Jinpa - ex monje que ha sido el principal traductor de inglés del Dalai Lama durante casi treinta años. Es presidente del Instituto “Mind and Life” (www.mindandlife.org ).

Nota: Gracias a Fanny Libertum, que compartió este magnífico artículo en su página ...


lunes, 5 de marzo de 2018

4 las etapas esenciales en el desarrollo de la personalidad...


1. Hércules o el Atleta

En esta etapa estamos principalmente preocupados por nuestra apariencia, por la forma en que nuestro cuerpo se ve. Durante esta etapa podríamos permanecer horas mirándonos y admirando nuestro reflejo en el espejo. En esta etapa nuestro cuerpo y aspecto son la cosa más importante para nosotros, nada más.

2. Apolo o el Guerrero

Durante esta etapa nuestra principal preocupación es salir y conquistar el mundo, hacerlo lo mejor posible, ser el mejor y conseguir lo mejor, para hacer lo que hacen los guerreros y actuar como los guerreros actúan. Esta es una etapa en la que pensamos continuamente maneras de conseguir más de todos los demás, una etapa de comparación, de derrotar a los que nos rodean para poder sentirnos mejor porque hemos logrado más, porque somos los guerreros, los valientes.

3. Sacerdote o la Declaración

En esta etapa te das cuenta de que lo que has logrado hasta ahora no es suficiente para que puedas sentirte realizado y feliz, ahora estás buscando maneras de hacer una diferencia en el mundo, maneras de servir a los que están a tu alrededor. En esta etapa estás preocupado por la manera de empezar a dar. El dinero, el poder, las posesiones, etc., seguirán apareciendo en tu vida pero ya no les otorgarás el mismo valor que antes, ya no estarás apegado a esas cosas porque te encontrarás en otra etapa de tu vida, donde se sabe que hay más en la vida que lo material. Estarás buscando maneras de dejar de pensar sólo en ti mismo, maneras de recibir y empezar a centrarse en vivir una vida de servicio. Todo lo que quieres hacer en esta etapa es dar. Ya sabes que dar es recibir y es hora de que dejes de ser egoísta, egocéntrico y ególatra y pienses en maneras de ayudar a los necesitados, para dejar este mundo mejor de lo que era cuando llegaste.

4. Hermes o el escenario del Espíritu

Según Jung, esta será la última etapa del “animus”, una etapa en la que nos damos cuenta de que ninguna de estas etapas son realmente quién o qué somos. Nos damos cuenta de que somos más que nuestro cuerpo, somos más que nuestras posesiones, más que nuestros amigos, nuestro país y así sucesivamente. Llegamos a la conclusión de que somos seres divinos, seres espirituales teniendo una experiencia humana y no seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Ahora somos capaces de observarnos a nosotros mismos desde una perspectiva diferente. Ahora somos capaces de salir de nuestra propia mente, fuera de nuestro propio cuerpo y entender lo que realmente somos, para ver las cosas como son. Nos convertimos en el observadores de nuestras vidas.

Carl Jung

Tomado de: PijamaSurf



¿ Que aprender de los perezosos ?


A primera vista el estilo de vida de los perezosos es la antítesis misma de todo lo que se valora. La vida moderna es rauda y centrada en encontrar nuevas maneras de incluir más actividades en cada segundo de la existencia. La pereza es uno de los pecados capitales y estar ocupado es una honra. Pero ¿cuál es la mejor estrategia?

Rory Wilson, profesor de Zoología en la Universidad de Swansea, Inglaterra. "La energía es muy importante para los animales. Si la quieres conservar, cuanto más lentamente te muevas, mejor".
En ese sentido, no hay duda que el animal más eficiente es el perezoso: oficialmente son los mamíferos más lentos del planeta; constituyen un tercio de la biomasa de mamíferos en las selvas tropicales y han estado presentes en ellas unos 64 millones de años, sobreviviendo a animales mucho más llamativos como los tigres de dientes de sable.

Georges Buffon - un precursor de Charles Darwin - anunció en su épica enciclopedia que “Los perezosos son la forma más baja de existencia", y se burló diciendo: "un defecto más habría hecho sus vidas imposibles".

Pero la evidencia acalla las burlas. Lo que parecieron defectos resultaron ser ventajas. La capacidad de adaptación al entorno de los perezosos es admirable. 

Además, son longevos: las criaturas que viven a ritmo lento, viven más tiempo. Por ejemplo, las tortugas, otro estándar de oro de lentitud, que tienen una expectativa de vida de entre 150 a 200 años.
Un estudio realizado por el psicólogo Robert Levine, principio de la década de 1990, comparado con uno replicado 10 años después, dio como resultado que aceleramos nuestras vidas en un 10%, principalmente con lo que se conoce como “personalidad tipo A” (personas impacientes, muy competitivas, ambiciosas, agresivas en los negocios, a las que les cuesta mucho relajarse. Los individuos con este tipo de personalidad a menudo están estresados y de mal humor).

Carl Honoré, experto y autor de "Elogio de la lentitud", recomienda: "Dale espacio a un ritual lento en tu día —como yoga, o tejer, leer o pintar—. Encuentra algo que puedas incrustar en tu rutina que te inocule contra el virus de la prisa".

Así que, después de tanto apuro por ir más rápido, la genialidad de la actitud relajada de los perezosos, podría ser el reconocimiento de una estrategia evolutiva suprema.

Leer artículo completo en:

domingo, 25 de febrero de 2018

EL GRAN SILENCIO


En general, el silencio se entiende como algo negativo, algo vacío, una ausencia de sonidos, de ruidos. Este malentendido prevalece porque muy pocas personas experimentaron el silencio realmente. 

Lo único que experimentaron en nombre del silencio es la ausencia de ruidos. Pero el silencio es un fenómeno totalmente diferente. Es absolutamente positivo. Es existencial, no está vacío; lo desborda una música que nunca escuchaste, con una fragancia que no te es familiar, con una luz que solamente puede verse con los ojos internos. 

No es algo ficticio; es una realidad y una realidad que ya está presente en todos, lo que pasa es que nunca miramos para adentro. Tu mundo interno tiene su propio sabor, su propia fragancia, su propia luz. Y es absolutamente silencioso…inmensamente silencioso, eternamente silencioso. Nunca hubo un ruido ni nunca lo va a haber. No hay palabra que pueda llegar hasta ahí; pero vos sí podés llegar.
El propio centro de tu ser es el centro del ciclón. Lo que pase a su alrededor no lo afecta. Es silencio eterno. 

Los días van y vienen, los años van y vienen, los siglos van y vienen, las vidas van y vienen, pero el silencio eterno de tu ser sigue siendo el mismo, la misma música sin sonido, la misma fragancia a divinidad, la misma trascendencia de todo lo mortal, de todo lo momentáneo. No es tu silencio; vos sos ese silencio.

No es algo que vos poseés; vos estás poseído por eso y esa es su grandiosidad... Ni siquiera vos estás, porque incluso tu presencia sería una perturbación.

El silencio es tan profundo, que no hay nadie, ni siquiera vos. Y este vacío trae verdad, amor y miles de otras bendiciones.

Osho - Libro de Meditación

viernes, 23 de febrero de 2018

EL SANTO Y LA PROSTITUTA


Un hombre santo y una prostituta vivían enfrente uno del otro. Ambos murieron el mismo día. El alma de la prostituta fue llevada al cielo. La del hombre santo, sin embargo, fue llevada al infierno.

Los mensajeros que habían venido para llevarlos estaban confundidos. Se preguntaban entre ellos, “¿Qué salió mal? 
¿Es este un error? 
¿Por qué debemos llevar a este hombre santo al infierno? 
¿No era un hombre santo?”

El más sabio entre ellos dijo, “Si, el era un hombre santo, pero envidiaba a la prostituta. Constantemente pensaba en las fiestas en la casa de ella y en el placer que allí se dispensaba. Las notas de la música que llegaban a la deriva a su casa lo afectaban hasta la médula. Ningún admirador de la prostituta, sentado en frente de ella, se conmovió nunca tanto como él lo estaba, oyendo los ruidos que venían de la residencia, el sonido de las campanillas de danzar que ella llevaba en sus tobillos. La totalidad de su atención estaba siempre enfocada en su lugar. Aún cuando estaba adorando a Dios, sus oídos estaban sintonizados a los sonidos de su casa.

“Y la prostituta? Mientras languidecía en el pozo de la perdición, siempre se preguntaba en qué misteriosa bendición se encontraba el hombre santo. Siempre que lo veía llevando flores para la adoración de la mañana, se preguntaba, ‘¿Cuándo seré merecedora de llevar flores de adoración al templo?, soy tan impura que apenas alcanzo a reunir suficiente coraje para entrar al templo.’ La prostituta solía sentirse transportada por el humo del incienso, el brillo de las lámparas, el sonido de la adoración hacia una suerte de meditación, tal como la que el hombre santo nunca pudo.

La prostituta siempre ansió la vida del hombre santo, y el hombre santo siempre deseó los placeres de la prostituta.”

Osho



lunes, 19 de febrero de 2018

"OVEJAS NEGRAS DE LA FAMILIA"



Las llamadas "ovejas negras" de la familia son en realidad Buscadores natos de caminos de liberación para el árbol genealógico.

Aquellos miembros de un árbol que no se adaptan a las normas o tradiciones del Sistema Familiar, aquellos que desde pequeños buscaban constantemente revolucionar las creencias, yendo en contravía de los caminos marcados por las tradiciones familiares, aquellos criticados, juzgados e incluso rechazados, esos, por lo general son los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas que frustran a generaciones enteras.

Las "ovejas negras", las que no se adaptan, las que gritan rebeldía, cumplen un papel básico dentro de cada sistema familiar, ellas reparan, desintoxican y crean una nueva y florecida rama en el árbol genealógico.

Gracias a estos miembros, nuestros árboles renuevan sus raíces. Su rebeldía es tierra fértil, su locura es agua que nutre, su su terquedad es nuevo aire, su apasionamiento es fuego que vuelve a encender el corazón de los ancestros.

Incontables deseos reprimidos, sueños no realizados, talentos frustrados de nuestros ancestros se manifiestan en la rebeldía de dichas ovejas negras buscando realizarse. El árbol genealógico, por inercia querrá seguir manteniendo el curso castrador y tóxico de su tronco, lo cual hace la tarea de nuestras ovejas una labor difícil y conflictiva.

Sin embargo, ¿quién traería nuevas flores a nuestro árbol si no fuera por ellas? ¿Quien crearía nuevas ramas? Sin ellas, los sueños no realizados de quienes sostienen el árbol generaciones atrás, morirían enterrados bajo sus propias raíces.

Querida consultante, eres una oveja negra, acéptalo, vívelo y disfrútalo con orgullo. Como oveja negra de tu árbol, se valiente y mantente. Aunque tu clan parezca estar en contra su clamor inconsciente te pide que continues.se fuerte y lucha por contar tu propia historia.

Que nadie te haga dudar, cuida tu "rareza" como la flor más preciada de tu árbol. Eres el sueño realizado de todas tus ancestras.

¡Radical rebeldía en tu camino!

Gracias por el honor y el placer de nuestro encuentro.

Bitácora Astral

INSPIRACIÓN...


Cuentan que, en cierta ocasión, mientras mi maestro, Djalal al Din Rumi, sumergido en un éxtasis de Amor Divino, recitaba poemas cargados de pasión, un extranjero que se sentaba entre nosotros no pudo contenerse y empezó a llorar y a gemir, arrobado por la belleza de lo que estaba escuchando.

De esa manera, cuando mi maestro terminó y abrió los ojos, el extranjero le preguntó:

- "Oh señor, ¿dónde ha encontrado la inspiración para escribir esos versos".

A lo que mi maestro contestó:

- "Del mismo sitio donde tú has encontrado tus lágrimas".

La Taberna del Derviche.

AHORA


Cuenta una vieja leyenda universal que, hace muchas épocas, las personas eran animales simbióticos: Iban siempre acompañadas de un pájaro diminuto, de plumaje brillante y canto melódico y como un susurro. Se llamaba Ahora.

Ahora acompañaba a los humanos día y noche, revoloteando por sus cabezas en silencio, y eran pajaritos muy sabios y sencillos. Cada vez que sus simbiontes contemplaban un paisaje hermoso, miraban a alguien a los ojos o vivían cualquiera de esos mágicos eventos que suelen discriminarse solo por ser cotidianos, Ahora les daba un pequeño picotazo en la cabeza y cantaba, y entonces las personas tenían un Momento de Consciencia. Vivían el presente con más nitidez y eran muy felices. De hecho, los Ahora se alimentaban de las emociones que se desprendían de estos momentos, y de ahí la simbiosis.

Había gente que se hacía muy amigos de sus Ahoras y éstos les daban Momentos de Consciencia a cada instante. Sin embargo, algo ocurrió. Llegó un punto en que, por motivos siniestros, la gente empezó a establecer relaciones con otras dos aves, una de plumaje negro y otra blanco: se llamaban Antes y Después, y poco a poco, los Ahoras fueron muriendo, la magia de los pequeños detalles desapareció, y los Momentos de Consciencia se perdieron para siempre.

Mas éste no es el final de la historia, pues la leyenda asegura que los hermosos Ahoras, aunque ya no puedan volar ni picarnos, siguen viviendo en el alma de cada uno de nosotros, esperando que retomemos la simbiosis y podamos ver la magia de nuevo. Incluso dicen algunos que… si cierras los ojos, respiras hondo y sonríes, podrás sentir en el corazón y en la mente, el canto y el picotazo del Ahora, y al volver a abrirlos el mundo será brillante.

Autor desconocido. . .

¿Cuanto vales?



Un día un sabio Maestro recibió la visita de un joven, que se dirigió a él para pedirle consejo.

- Vengo Maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El Maestro sin mirarlo le dijo:

- Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después… - y haciendo una pausa agregó: Si quieres ayudarme tú a mi, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

- Encantado Maestro – titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

- Bien, asintió el Maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y al dárselo al muchacho, agregó:

- Toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes, quienes lo miraban con algún interés.

Pero les bastaba escuchar el precio del anillo, cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia y explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

Alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.

¡Cuánto hubiera deseado el joven tener esa moneda de oro! Podría entonces habérsela enmtregado él mismo al Maestro, para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Triste subió a su caballo y volvió a donde el Maestro se encontraba:

- Maestro, dijo – lo siento, pero no se puede conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera obtener dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto al verdadero valor del anillo.

- Que importante lo que has dicho, joven amigo – contestó sonriente el Maestro. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por el. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar.

El joyero examinó el anillo a la luz del candilñ con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

- Dile al Maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

¡58 monedas! – exclamó el joven

Si – replicó el joyero – yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a la casa del Maestro a contarle lo sucedido.

- Siéntate – dijo el Maestro, después de escucharlo. – Tú eres como este anillo: Una joya valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquier descubra tu valor?


Nota: Transcrito de “El Club de los Libros Perdidos”

MORIR EN LA MENTE


El fin de la mente es el fin del mundo, porque el zen dice que la mente es el mundo.

Por lo general, cultivamos y reforzamos la mente, la hacemos cada vez más capaz, hábil, eficaz. Eso es lo que hacemos en escuelas, colegios y universidades. Eso es lo que significa educación, aprender.

El zen es un tipo de desaprendizaje. Enseña cómo desechar lo que se ha aprendido, enseña volver a recuperar la habilidad, a tornar a ser niños, a existir de nuevo sin mente, a cómo estar aquí sin ninguna mente.

La mente provoca todo tipo de miserias.

La primera: la mente nunca está en el presente, lo pasa por alto. ¡Y sólo existe el presente! La mente siempre está en el pasado, siempre, siempre. O siempre en el futuro. La mente salta del pasado al futuro, y del futuro al pasado. Pero nunca permanece en el presente.

El zen dice que a menos que deseches la mente nunca te podrás sintonizar con la existencia, ni podrás palpitar con el latido del universo. Si no desechas la mente, seguirás viviendo en un mundo particular que tú mismo has creado; no vives en el mundo real y continúas siendo un idiota.

La mente es idiota, por muy inteligente que sea, recuérdalo. El idiota nunca puede ser muy inteligente, puede ser un gran experto, acumular mucho conocimiento, muchos títulos, pero un idiota es un idiota, y eso es todo. La idiotez sólo puede convertirse en algo cada vez más peligroso.
La inteligencia nunca surge de la mente. La inteligencia sólo surge cuando se ha descartado la mente. La inteligencia se manifiesta cuando se ha puesto de lado la mente. La mente bloquea la fuente de la inteligencia, como si fuese una piedra.

La mente siempre es mediocre, estúpida, poco inteligente. Permanecer en la mente es poco inteligente. Lo inteligente es estar más allá de la mente. La inteligencia no es una de las cualidades de la mente.

La meditación es la búsqueda de esa inteligencia, de cómo dejar de aprender, de cómo desechar el conocimiento, de cómo abandonar todo el pasado acumulado. Una vez se acumula, se hace cada vez más difícil deshacerse de él, y cada día es más grande. El peso no hace más que crecer. La carga que se lleva a la espalda aumenta a cada momento. No es la edad lo que acaba matándote, sino el peso.

Un hombre que vive en la no mente vive sin muerte, porque muere a cada instante. Nunca acumula, nunca mira hacia atrás, nunca mira hacia delante; simplemente está aquí. Está aquí con ese canto del cuclillo; simplemente está aquí. Su ser es en este momento. Fluye con el momento, no es rígido ni está confinado por el pasado. De hecho, carece de biografía y de sueños de cara al futuro. Vive tal como llega la vida.

Y el zen dice que la mente puede ser de utilidad en el mundo, pero no en lo que respecta a lo esencial. La mente puede ser útil para lidiar con trivialidades, pero resulta inútil para lo esencial. Lo esencial no puede pensarse, porque está por debajo y más allá del pensamiento. Tú eres lo esencial. ¿Cómo puedes pensarte? Tú ya eres eso antes de que aparezca el pensamiento. El pensamiento es un añadido posterior.

Nunca perdemos nuestra esencialidad, no es posible. Eso es precisamente la esencialidad, no puede perderse. Es nuestra naturaleza más íntima, y por ello no hay forma de perderla. Pero puede nublarse
.
Pensar es una distracción, una perturbación. Únicamente recuperamos el contacto con lo esencial cuando desaparece el pensamiento. Si uno piensa en ello, se puede pensar y pensar y pensar, pero es algo que elude el pensamiento; se desliza de su abrazo. Y luego, al ver que el pensamiento no lleva a ninguna parte, éste se detiene por sí mismo.

Osho

lunes, 8 de enero de 2018

SOLO


El hombre no ha aprendido aún lo que es la belleza de la soledad. Está siempre anhelando tener una relación, estar con alguien, con un amigo, con un padre,con una esposa, con un marido, con un niño.... con alguien.

Ha creado sociedades ; ha creado clubes como los Leones, el club de los empresarios. Funda partidos políticos o ideológicos. Crea religiones e iglesias. Pero su necesidad básica está en olvidar de alguna forma que está solo.

En sociedades con las multitudes tratas de olvidar algo que estando en la oscuridad súbitamente recuerdas : que has nacido solo, que morirás solo y que hagas lo que hagas, vives solo.

La soledad es algo tan esencial para tu ser que no hay manera de evitarla.

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Todos los esfuerzos dirigidos a evitar la soledad han fallado, y fallaran porque están en contra de los fundamentos de la vida. Lo que se necesita no es algo para olvidar la soledad, se necesita tomar conciencia de esa << solitud >> que es una realidad.

Y es tan hermoso experimentarla, sentirla, porque es tu libertad respecto a la multitud, el otro. Es nuestra libertad lo que nos quita el temor de sentirnos solitarios. La palabra << solitario >> inmediatamente produce una herida, un vacío que hay que llenar ; lástima. Se algo que lo llene. << Solitud >> esa palabra no sugiere el sentido de herida, de vacío que debe ser llenado. Solitud significa que estás completo, no necesitas a nadie para completarte. Así pues trata de encontrar tu más profundo centro donde siempre estés solo. En la vida, en la muerte, dondequiera que estés, estarás solo.

Pero esto es tan pleno --- no es un vacío --- , esta tan completo y desbordante de savia vital, de todas las bellezas y bendiciones de la existencia, que en cuanto se ha probado la solitud, la pena del corazón desaparece. En su lugar surge un nuevo ritmo de inmensa dulzura, paz, gozo, felicidad beatifica.

Esto no significa que un hombre centrado en su solitud --- completo en si mismo --- no pueda hacer amigos ; de hecho sólo él puede hacerlos, porque ahora no es ya su necesidad, sólo quiere compartir. Tiene tanto que puede compartir.

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OSHO
Pepitas de oro

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Nota “Presente Consciente”: Si no está de acuerdo con lo que plantea Osho en este escrito, le sugiero que se salte esta lectura y siga fluyendo...