martes, 28 de noviembre de 2017

Un "alto en el camino"...


El 15 de Diciembre, vamos a cumplir 2 años de existencia como Comunidad y casi 20.000 seguidores... ha llegado entonces el momento de hacer un "alto en el camino" para reflexionar.

Lo que empezó como un lugar en donde iba publicando todo aquello que llamaba mi atención, acorde por supuesto a mi grado de evolución espiritual, se ha tornado en una verdadera comunidad, que poco a poco va manifestándose y opinando.

La Espiritualidad no es una religión, ni un dogma, ni una doctrina... es tan solo una manera de llamarle a ese "proceso" que comienza a surgir, sin pedirnos permiso, en la medida que nos vamos enfrentando a nosotros mismos y comenzamos un camino hacia nuestro interior, primero cargados de interrogantes y más tarde cargados de emociones.

Este camino tiene un punto cúlmine, que es aquel en que tomamos consciencia de QUIENES SOMOS EN REALIDAD, viendo quizás por primera vez aquello que NO SOMOS y que nos han hecho creer entre la familia, la cultura y la sociedad, que somos...

Para andar este "sendero" hay que ser VALIENTES, porque no siempre vamos a estar acompañados de "corazoncitos", bebés riéndose o mascotas jugando, escenas ideales de la vida como la conocemos... en fin no todo va a ser "pink"... sino por el contrario, van a haber MUCHOS ESPEJOS por el camino para que nos veamos reflejados y muchas veces "eso" asusta y mucho... y parafraseando a Silvio Rodríguez, es por eso que además, habrán "muchas sillas peligrosas, que nos inviten a parar" y desistir en el empeño.

Este es el momento en el cual aquellos que aún no están conscientes del "camino" y siguen dudando entre la "pastilla roja o azul"... lo piensen bien y si así lo deciden, pueden "bajarse del tren".

La Comunidad "Presente Consciente" no ha hecho, ni hará concesiones en cuanto al camino espiritual del Ser Humano, por tanto no esperen de "ella" que se detenga o tuerza su rumbo por estar a tono con lo "políticamente correcto" o con los estereotipos culturales y/o sociales.

Seguiremos fieles al CORAZÓN, a las VIBRACIONES y al AMOR y por tanto abordando todo tipo de temas o manifestaciones humanas, que nos lleven por esos derroteros, sin importar lo peliagudos, complicados o sensibles que estos sean.

Dicho esto... los VALIENTES seguimos adelante...

¡ Namasté !... 


viernes, 24 de noviembre de 2017

EL LLANTO Y SOLEDAD DE JESUS - “Caballo de Troya”(9)


EPISODIO NO NARRADO EN LOS EVANGELIOS

Este conmovedor episodio de la vida de Jesús, ocurrió cuando sus apóstoles se reunían con sus respectivas familias para departir unas horas antes de emprender su época de capacitación en los años de transición.

Todas las familas de los apóstoles habían venido, menos la familia terrenal de Jesús: Recordemos este episodio: “..Fue Andrés quien se percató de la ausencia de Jesús. Nadie lo había visto en toda la mañana. ¿Qué sucedía? ¿Dónde estaba el Maestro? 

Alguien entró en el caserón y preguntó. Nadie sabía nada. Zal tampoco se hallaba en el lugar. Y los discípulos se movilizaron. Andrés se dirigió a la playa. Podían ser las doce del mediodía. Me fui tras él. No tardamos en descubrir a Zal. Se hallaba en la orilla, con las patas delanteras sobre la borda de una de las embarcaciones embarrancadas en la arena. Ladraba y agitaba la cola con insistencia.
En el interior de la barcaza distinguí la alta silueta del Maestro. 

Estaba sentado, con la cabeza baja. No parecía prestar atención a los preocupantes ladridos de su perro. Andrés y yo nos miramos. Algo pasaba. Caminamos despacio, intentando pensar. ¿Qué había sucedido? Nos colocamos frente a Él, pero no reaccionó. Permanecía, en efecto, con la cabeza inclinada y los cabellos sueltos. 

Vestía la túnica blanca. A su lado, en el fondo de la lancha, perfectamente doblado, aparecía el manto. Algo más allá descansaba el petate. Zal seguía ladrando, y lo hacía sin perder de vista a su amo.
El noble animal intuía algo... Pero ¿qué era lo que le ocurría? Ni siquiera saludó. Él sabía que estábamos allí...

Fue Andrés quien se decidió a hablar. 

—Señor, todos te esperan... 

El Galileo no replicó. Continuó con el rostro hundido y oculto por los cabellos. Zal ladraba y ladraba. 
Empecé a preocuparme. 

—Señor —insistió el «jefe»—. Hoy es el día grande y triunfal. Debemos ir... 

Jesús, entonces, levantó la cabeza, apartó el pelo del rostro, y nos contempló en silencio. Sentí un escalofrío. El Hombre-Dios lloraba. Era un llanto sereno y continuado. Las lágrimas resbalaban y se precipitaban entre la barba. Allí desaparecían. Zal empezó a gemir... Andrés, espantado, dio un paso atrás. Era la primera vez que el discípulo veía llorar al rabí. No terminaba de entender. ¿Por qué lloraba? El discípulo se rehízo y, con voz quebrada, preguntó: —Maestro, ¿quién te ha ofendido? Dímelo y le arrancaré el corazón... Jesús no acertó a replicar. El llanto lo ahogaba. Se secó las lágrimas y, al poco, intentó dibujar una sonrisa. Lo consiguió a medias. 

Y el bueno de Andrés insistió: 

—¿Qué te hemos hecho, Señor? 

El Maestro negó con la cabeza. Las palabras seguían sin obedecer. Y por mi mente pasó de todo. ¿Lloraba a causa de alguna desgracia? Pensé en Ruth. Volví a estremecerme. ¿Había muerto? Eso no era posible... Él captó mi inquietud, me dirigió una mirada, y movió la cabeza, negativamente. ¡Qué difícil era acostumbrarse...! Pero, si no se trataba de Ruth... 

—Por favor, rabí, ¿qué sucede? Andrés estaba lívido. 

El Hijo del Hombre se hizo con el control. Las lágrimas desaparecieron y una sonrisa fue iluminándole. Finalmente exclamó:

—Poca cosa, Andrés... Sucede que estoy triste.

Fue la única vez que yo recuerde, que Jesús de Nazaret reconoció estar apenado. Zíil continuaba gimiendo, siempre con las patas sobre la borda del barco. Y el Maestro explicó el porqué de su tristeza: era la primera gira de predicación, efectivamente, pero nadie de su familia carnal había acudido a despedirle. 

Así de simple. Tenía razón. 

Ni Andrés ni este explorador nos atrevimos a hacer un solo comentario. ¿Qué podíamos decirle? La familia del Maestro, en efecto, se hallaba lejos, y en su contra.

Pero nada de esto fue relatado... Obviamente, no interesaba lastimar la imagen de la Señora. Jesús fue breve en la explicación. Saltó a tierra y Zal se precipitó hacia Él. Se colocó de patas sobre el pecho del Galileo y la emprendió a lengüetadas con su amo
.
El Hijo del Hombre agradeció el afecto del perro y acarició con fuerza la cabeza y el bello manto color estaño. 

El rabí hizo ademán de tomar el saco de viaje. No lo permití. Me adelanté y cargué el petate. Jesús sonrió, tomó el ropón color vino, me guiñó un ojo y proclamó, decidido:

—¡Vamos!... ¡Despertemos al mundo!... 

“Caballo de Troya” (9)
J.J.Benítez



jueves, 23 de noviembre de 2017

¿ MURIENDO ?


Una vez, estaba sentado junto a un hombre moribundo; era un profesor en la misma universidad en la que yo era profesor. 

Estaba en la cima de su carrera y entonces tuvo un ataque al corazón..., que siempre llega cuando estás en la cima. El éxito siempre viene seguido de un ataque al corazón. ¿Qué más puede venir después? Así que tuvo un ataque al corazón y se estaba muriendo. 

Fui a verlo. Estaba muy triste (¿quién quiere morirse?) y sentía mucha desesperación y angustia.
Le dije: «No necesitas preocuparte. No vas a morir.» 

Él dijo: «¿Qué estás diciendo? Pero los médicos... Todos los médicos dicen que no tengo ninguna posibilidad de sobrevivir. ¿Por qué dices que no voy a morir?» 

Le dije: «En primer lugar, no puedes morir porque nunca has vivido. No has cumplido el primer requisito para morir. Durante estos cincuenta y cinco años has estado como un sonámbulo; has estado soñando; no has vivido. Te he observado durante años.» 

Se quedó pasmado. Se enfadó; se enfadó tanto que por un momento se olvidó completamente de la muerte. Tenía los ojos inflamados de rabia y dijo: «¿Es ésta la manera de tratar a un moribundo? ¿No puedes ser un poco amable? ¿Por qué eres tan duro conmigo? Me estoy muriendo y tú me vienes con semejante filosofía: "Nunca has vivido". ¿Es éste el momento de decir tales cosas?» 

Le escuché en silencio. Me quedé completamente en silencio. Entonces la ira desapareció y empezó a llorar, y sus ojos se cubrieron de grandes lágrimas. 

Me tomó la mano con mucho amor y luego dijo: «Quizá tengas razón. Nunca he vivido. Puede que no estés siendo grosero, sino simplemente sincero. Y sé que nadie más me diría esto.» 

Y entonces, una gran gratitud; y por un momento se volvió tan consciente que se podía ver la luz en su rostro... Estaba allí; era todo aura. Y me dio las gracias. Esa noche murió. 

Permanecí con él hasta el último momento. Y dijo: «Si no hubieras estado aquí, me habría perdido también mi muerte, igual que me he perdido mi vida. Pero estoy muriendo conscientemente. Al menos estoy contento con una cosa: no estoy muriéndome inconscientemente.» Y su muerte fue hermosa. 

Murió sin ningún pesar, murió de una manera relajada. Su corazón casi le dio la bienvenida a la muerte. Murió lleno de gratitud. Murió piadosamente. Su próxima vida tendrá una cualidad diferente. Si la muerte es tan hermosa, te trae una nueva vida. 

Pero hay que vivir cada momento, ya sea de vida, de amor, de ira, de muerte. Sea lo que sea, hay que vivir cada momento tan conscientemente como sea posible. 

Osho

sábado, 4 de noviembre de 2017

PROGRAMÁNDONOS... ¿Todos contra Todos ?


“En tiempos donde nadie escucha a nadie 
En tiempos donde todos contra todos 
En tiempos egoístas y mezquinos 
En tiempos donde siempre estamos solos 
Habrá que declararse incompetente 
En todas las materias de mercado 
Habrá que declararse un inocente 
O habrá que ser abyecto y desalmado.”

Fito Páez – “Al lado del camino”

---------

Todos los días aparecen como la “mala yerba” (que no necesita riegos ni abonos) esos “temas” que nos dejan, cuando menos, confundidos.

Claro está… uno podría ALIENARSE con los temas de la “espiritualidad” y repetir como un muñeco con cuerda infinita: “en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo, te quiero, te adoro y hasta te compro un loro” y llenarnos de “corazoncitos” palpitando y besitos virtuales volando en todas las direcciones.

O podría ponerse serio, con la cara bien larga y con la actitud de “tener a Dios cogido por las barbas” y llenar de citas filosóficas bien rebuscadas y no siempre muy entendibles… distanciándose de esa manera del “vulgo inferior”, quedando “a salvo” de “ellos” en las alturas intelectuales.
Y por último nos queda la opción de convertirnos en un “jabón”, en donde TODO NOS RESBALE y sólo nos dediquemos a lo que nos interesa, publicando temas con los cuales estamos identificados, importándonos un soberano pepino, si la “gente” está o no de acuerdo con ello, yo le llamo los “sordos virtuales”.

Pero si definitivamente INVOLUCRAS AL CORAZÓN, no te va a quedar otro remedio que “saltar al vacío”. Lo puedes hacer de forma histérica y sentimental… o mediante la REFLEXIÓN (lo más profunda que puedas hacer).

La parte que conlleva la REFLEXIÓN, hará inevitablemente que te pongas a INVESTIGAR sobre el tema en cuestión… y como internet es como un “mercado central”, encontrarás de todo, desde partidarios, contrarios y ajenos.

Mi sugerencia (que es como lo hago para mí mismo) es INVESTIGAR siendo lo más estéril posible, ojalá no comprometiéndote sentimental o racionalmente con los “actores”… ATENCIÓN AL CONTENIDO MISMO… y empieza a “quedarte” con aquello que te vaya “haciendo sentido”. Una vez que hayas hecho esta “segregación”… ANALIZA PUNTO POR PUNTO y siempre hazte una pregunta ante ellos… “Ok, esto me resuena… pero… ¿con ello estoy haciendo daño a terceros?”
Este “proceso” te llevará a una segunda y más profunda “purga”… quedándote entonces sólo con aquello que TE RESUENA y que NO CAUSA DAÑO A TERCEROS.

IMPORTANTE… no apliques el “filtro” de lo POLÍTICAMENTE CORRECTO, porque puedes terminar en un manicomio… que al fin es lo que persiguen aquellos que lo inventaron…