lunes, 22 de mayo de 2017

Ojos


Esa “masa” gelatinosa, húmeda, flexible, brillante, acuosa… que se distingue por sus colores y variados diseños… esa “masa” que llamamos OJOS… es todo un misterio.

Son como un par de “pozos” en donde siempre está abierta de invitación a lanzarse a ellos… pero que muchas veces, quizás muchas más de las que recordamos… no lo hacemos por miedo a sus “profundidades”, por miedo a sus “oscuridades”… y casi siempre tenemos la sensación de que si nos lanzamos vamos a “perder algo” que creemos nuestro e indispensable.

Sin embargo son como dos potentes imanes… nos “atraen” mágicamente, nos seducen, nos “susurran” con sus brillos… y no se cansan de “sonsacarnos”.

Tal es el misterio que los envuelve, tanto el miedo que nos provoca su visión… que preferimos mantenernos en el “límite”… como cuando nos atrae el mar, pero a la misma vez le tememos; y entonces nos conformamos con mojarnos los pies en la orilla.

Así divagamos sobre las “miradas”… que son hermosas, intrigantes, melancólicas, lánguidas, ardientes, tristes… y nos perdemos en detalles que si los analizamos en profundidad, nos parecería que estamos rayando en la locura… las pestañas (pelos que se encuentran en los bordes de los ojos), su color, sus dimensiones y su forma… las cejas (más pelos, que se encuentran un par de centímetros más al “norte”) y volvemos con sus tonalidades, su cantidad, las formas y el diseño. Como si fuera todo “esto” poco, consideramos que el espacio de piel entre “pelos y pelos” debe ser cubierto de alguna manera, ya sea de cremas o de pinturas de diferentes colores y con variados diseños. Las arrugas que se van produciendo por la pérdida de masa corporal por el paso de los años, constituyen un reto de “insanidad” mental… hay que disimularlas, hay que eliminarlas, no se pueden ver… aunque para ello haya que extirpar pedazos de la misma piel, para producir un efecto de “estiramiento artificial”.

Y mientras todo este “show” se produce alrededor… ahí siguen impasibles, inalterables, igual de misteriosos y a la vez mágicos OJOS… invitándonos por la eternidad a que tengamos alguna vez el valor de “enfrentarlos” y sumergirnos en ellos, aunque en ello se nos vaya la vida.

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